Sencillo e inocente son las imagenes de infantes que Juan Carlos Constant, estudiante de la Universidad de Tarapaca, pudo proyectar en las corroidas paredes del muy abandonado "Hogar del Niño", establecimiento que cambio en apariencia debido a los ajustes que este artista local pudo expresar el sus paredes. Solo Utilizando colores grises, él transmite la ternura y tranquilidad que todo ser humano en su infancia debe tener. Un exelente trabajo que merece todo el reconocimiento de la comunidad ariqueña a un artista local que sin recibir a cambio ningun bien de lucro entregó más de lo que se le hubiesen podido pagar. Sigamos apoyando el arte de las calles respetando la dedicación y el entisiasmo de quienes solo quieren deslumbrarte con el don que Dios nos ha dado.
No rayes sobre rayado!!! respeta la expresión del arte y cuando es del bueno!!